Baños de Chihuío, Región de Los Ríos
En junio de 1990, por el proceso rol Nº13.094 de la Corte de Apelaciones de Valdivia, llevado por el Ministro en Visita Nibaldo Segura, se detectan restos óseos en el sector cordillerano de Baños de Chihuío. Están en tres fosas diferentes, las cuales tienen claros indicios de remoción –acción que fue realizada por agentes del Estado posterior al hallazgo de Lonquén, en noviembre de 1978, como parte de lo que se conoce como “Operación Retiro de Televisores”-. El informe de las Fuerzas Armadas a la Mesa de Diálogo señala que las 17 víctimas fueron lanzadas al mar frente a la costa de Corral.
Las pericias señalan que los fragmentos óseos son los vestigios de la inhumación ilegal de los cuerpos de 17 obreros madereros del Complejo Panguipulli, que habían sido detenidos por un convoy del Ejército, el 9 de octubre de 1973 y llevados a dicho sector para su ejecución. Sus cadáveres estuvieron aproximadamente dos semanas abandonados a la intemperie, tapados con ramas, antes de ser enterrados. Luego de, aproximadamente quince días, efectivos militares regresan al lugar para enterrarlos en tres fosas de diferentes dimensiones.
Sus familiares nada supieron de esto. Luego de su detención sus familias los buscan en distintos centros de detención, sin obtener respuesta sobre su paradero. El día 26 de octubre de 1973 son citados al Regimiento de Valdivia en donde se les comunica que sus familiares están fallecidos y se les entrega certificados de defunción, sin entrega de cadáver ni sepultación. Se practican inscripciones ficticias de defunción, indicándose como lugar del deceso la localidad de Liquiñe, por “causas no precisadas” y se trata de acreditar los fallecimientos con el testimonio de conscriptos que, sin siquiera haberlos conocido, cumplieron órdenes de sus mandos. Así se priva a los familiares de su derecho a darles una digna sepultura, según sus creencias culturales y religiosas. Nunca se les informa dónde habían sido enterrados.
En agosto de 1990, los restos son entregados a sus familiares, quienes los velan y les dan sepultura conjunta en el Cementerio de Valdivia.
El 25 julio del 2000, se ordena la exhumación de los restos para nuevas pericias en el Servicio Médico Legal en Santiago. Los exámenes de identificación aún se encuentran en curso. Junio 1990. Mediante pericias genético forenses fue posible la identificación de: