Instancia Calificadora: CVR violación de DDHH
Militancia: Sin Militancia
Región: RM Metropolitana
Ciudad: SANTIAGO
Comuna: SANTIAGO
Fecha Detención/Muerte: 03-01-1974
Ocupación: SECRETARIA
Edad: 40
d) Víctimas del Partido Socialista d.1) De responsabilidad de la DINA Las persecuciones en contra de miembros del Partido Socialista (PS) ocurren durante todo el período 1974 1975. Las desapariciones y ejecuciones de sus miembros están vinculadas con los cargos de dirigencia que muchos de ellos habían tenido, dada la muy importante participación de este partido en el gobierno del Presidente Allende, en el aparato del Estado y organizaciones gremiales y sociales. En 1974 la represión puede ser caracterizada como inorgánica ya que abarca un grupo heterogéneo de personas que tenían diversos cargos menores en el PS a lo largo de todo el país. Estos dirigentes, ocupaban roles dirigenciales en la base social. Ya en 1975, en cambio, cuando existe un aparato organizado de dentro del PS, la represión está focalizada directamente en contra de su jefatura máxima y culmina con la captura y posterior desaparición de ésta. Luego, a fines de 1975 y comienzos 1976, se persigue y hace desaparecer a varios dirigentes que habían substituido a la jefatura máxima. El 3 de enero de 1974 fueron detenidos en los alrededores de la plaza de la Constitución, en Santiago, por efectivos de la FACh, José Manuel RIVAS RACHITOFF, Rebeca María ESPINOZA SEPULVEDA, José PEREZ HERMOSILLA y dos personas más. Todos trabajaban o habían sido recién expulsados de Indap y salvo Rebeca Espinoza, los afectados eran militantes del PS. Fueron trasladados a la Guarnición Aérea del Bosque, donde fueron interrogados. Hay reconocimiento expreso en oficio firmado por un General de Aviación, al Juzgado del Crimen que investigó la desaparición de éstos que, con posterioridad, los detenidos fueron puestos a disposición de la DINA. La DINA los llevó a Tejas Verdes. Según testimonios que esta Comisión ha recibido, en una de las celdas de ese centro de detenciones estuvieron José Rivas y José Pérez, con evidentes huellas de haber sido torturados, tanto así, que el primero «no podía ir al baño por sí solo» y «botaba sangre por la boca». Otros testigos dan cuenta también de la presencia de Rebeca Espinoza en ese mismo centro de detención y afirman que había igualmente sido torturada. Ninguna de estas tres personas recuperó su libertad, no volviéndose a tener noticias de ellos. La Comisión está convencida de que su desaparición fue obra de agentes del Estado, quienes violaron así sus derechos humanos.